domingo, 11 de abril de 2010
Resumen del cuento
El narrador cuenta que una noche estaba en "salón de Julia", un lugar donde se bebía, bailaba y se alternaba con prostitutas en el Barrio Santa Rita que en ese entonces era una zona rural en los suburbios de la ciudad de Buenos Aires, cuando entró Francisco Real, apodado El Corralero dándole un empellón a la puerta. Era un hombre alto, fornido vestido de negro con una chalina color bayo, que venía de otro barrio, del norte, en un coche acompañado de otros hombres. Su actitud provocativa hace que primero el narrador y luego otros concurrentes se le fueran encima para pelearlo, pero el recién llegado los aparta mientras sigue hasta el fondo del lugar donde estaba Rosendo Juárez, conocido como El Pegador. Este último era un hombre que trabajaba como elemento de choque para un caudillo político y que por su coraje y habilidad con el cuchillo era respetado todos y admirado por la mayoría de la gente del barrio. Su mujer, conocida como La Lujanera era, entre las que iban al lugar, la más codiciada por los hombres. El Corralero desafió a Rosendo diciéndole que quería ver cuánto coraje y habilidad tenía, dada su fama de cuchillero y de malo; todos los presentes se mantienen expectantes aguardado el duelo pero El Pegador se negó a pelear. La Lujanera se le acercó, le sacó su cuchillo de entre las ropas y se lo dio en la mano pero El Pegador lo lanzó por una ventana que daba sobre el arroyo Maldonado. Entonces su mujer se arrimó al Corralero, le dijo que dejaba a Rosendo porque era un cobarde y comenzaron a bailar juntos. Los demás concurrentes hicieron lo mismo y al rato ambos se marcharon abrazados. El narrador, que se sentía deshonrado y avergonzado, salió del salón con falsas excusas y volvió poco después. Al rato entró la Lujanera sosteniendo a El Corralero agonizante y en tanto lo veían morir contó que mientras estaban afuera alguien desafió a El Corralero y le clavó un puñal; era alguien desconocido, afirmó, no era Rosendo. Cuando uno de los compañeros de Real acusó a la Lujanera de ser la agresora, el narrador se interpuso, le hizo ver que ella no hubiera tenido la fuerza necesaria para dar la puñalada y se burló de que un hombre con fama de fuerte en su barrio como el difunto fuera a terminar muriendo en ese lugar, donde nunca pasaba nada. En eso escucharon que estaba acercándose la policía a caballo y, queriendo evitar problemas, los presentes arrojaron el cadáver de El Corralero al arroyo por la ventana y continuaron bailando. Al final, el narrador-personaje insinuó que él había matado a El Corralero.
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